Viaje solidario: La importancia de nuestro trabajo

El incentivo del viaje solidario es una de las experiencias más impactantes y enriquecedoras de nuestros captadores. Durante dos semanas tienen la oportunidad de vivir sobre el terreno cómo se desarrollan los proyectos en los que Cruz Roja colabora y además pueden conocer el país, su cultura y sus costumbres. Pablo nuestro compañero de Barcelona, ha sido uno de los afortunados de visitar Tanzania.

«Oigo el canto de un gallo. Abro los ojos. Nos encontramos en el despacho del director de Uvinza Maalum, a las orillas del río Malagarasi, escuela para niños con diferentes discapacidades. A pesar del caos exterior (una escuela con 10 profesores para 400 alumnos) en la sala reina una atmósfera cálida y reconfortante. Fuera la tierra arcillosa, roja como la sangre, es lo que más me ha sorprendido en nuestro primer contacto con Kigoma, mirándonos aterrizar a través de la ventana del avión en la única pista de aterrizaje de Kigoma. Aquí los tiempos son distintos, poco a poco vamos sintonizando con el ritmo africano. “Pole, pole”, nos dicen. Una frase muy repetida que significa algo así como “despacio” o “paciencia”. Va a ser un divertido y constante recordatorio durante el viaje. También somos informados de su contraparte “Haraka, haraka, haina baraka”, que viene a decir: si vas con prisa, no hay baraka, o bendición. Es decir, con prisas, no va a salir bien, por lo tanto, concluimos, vamos a tomarnos este viaje con calma. A su vez, percibimos un esencialismo cultural, donde lo importante es el “qué” y no tanto la forma. Un ejemplo de todo esto, es que uno pueda ir a un restaurante a pedir comida, esperar alrededor de una hora a que la comida sea servida y que sean cosas distintas a lo que uno ha pedido. Aquí lo esencial es comer y no tanto las cosas específicas que ha pedido uno para comer. Como en todos los sitios que venimos visitando nos reciben con un profundo y caluroso agradecimiento.» Son las primeras impresiones de Pablo. Si quieres más detalles ¡Continúa leyendo!

Mi primer contacto con los tanzanos  

Los tanzanos son muy atentos, hablan con ternura y sin decir una palabra de más. Durante largos ratos no entendemos lo que dicen, se comunican entre ellos en swahili , que para ellos (en Kigoma) es su segunda lengua. Una lengua que ha tomado alrededor del 40% de su vocabulario del árabe y otro tanto del inglés. Aquí la primera lengua de la mayoría es el Kiha o Ha, ágrafa, y su tercera, con la que nos entendemos con ellos, es el inglés. También se dicen mucho sin palabras.

Anna Albiol, amabilísima y atenta, es la delegada (y única representante) de la Cruz Roja Española en Tanzania. Ella nos ha ayudado en todo. Desde hace medio año ha tomado el relevo de una cadena de personas que han ido dando vida a estos proyectos y que aquí son bien recordados. Aprendemos que en la Cruz Roja Española existe una rotación de las personas que llevan proyectos en cada país. Anna estará en Tanzania un máximo de 3 años. Una manera de asegurar la objetividad y la profesionalidad, pues existen unos tiempos y objetivos que deben cumplirse. Como ella misma dice, solo es un eslabón en la cadena de la que nosotros, los captadores, somos otro eslabón. Nosotros captamos energía económica que ellos transforman en proyectos dirigidos a resolver las necesidades más inminentes, que como podemos comprobar, son muchas. 

Ana de CRE Tanzania con un banner del proyecto School wash Project
Anna Albiol con el equipo local de la Cruz Roja Tanzana

Sin ir más lejos, el “School Wash Project” está tratando de hacer llegar agua potable desde el río a esta misma escuela. Estando allí, Abich, jefe de la Cruz Roja Tanzana en Kigoma, y que lidera la expedición, siempre impecable y con una calma enorme, me cuenta sonriendo algunas de sus dificultades, como por ejemplo, que en ocasiones deben parar toda actividad pues sube algún hipopótamo desde el río y no pueden hacer otra cosa que esperar a que se marche . 

En Msbei Shule también vemos cómo se enseña a los niños en clase formas de potabilizar el agua y uno de los proyectos en marcha es crear dos lavabos para chicos y chicas. Sin embargo, no todos los niños van a la escuela, un pensamiento común aquí es que enviar un niño al colegio implica que no va a retribuir nada, por lo que es mejor que trabaje, cuanto más pronto mejor. 

Mezclado con el olor de las hogueras, con frecuencia veo escenas, en los largos recorridos en el 4×4, que me roban el alma. Una madre con su bebé solos entre la nada. Más allá un niño solo pastoreando un rebaño de cabras. En otro lugar un niño persigue una mariposa, no hay nadie más a kilómetros a la redonda. Uno de los proyectos fuertes de Cruz Roja en Kigoma son los de maternidad y educación sexual. Conocemos a Juma, que lleva a 32 trabajadores de salud en Uvinza y a Eliza, que lleva a 20 trabajadores de la salud en Kasulu. Si algo me ha impactado de este viaje ha sido su calidad humana. Los hemos visto en vivo dar formaciones, con amor y compromiso, promover líderes entre los jóvenes, puntos de referencia en cuanto a educación sexual dentro de sus comunidades. En ellas se enseña sobre la gestión menstrual (por ejemplo, se enseña a hacer compresas reutilizables), métodos contraceptivos (Aquí es más importante de lo que podamos pensar. Para comprender la gravedad del asunto, vemos en los libros de registro casos de mujeres que han tenido hasta nueve partos antes de los veinticinco años, con ocho abortos. Aquí el útero corre riesgo de perforación añadido al hecho de no haber esperado los seis meses que necesita el útero para recomponerse antes de concebir de nuevo), igualdad entre hombres y mujeres, educación sexual (se educa a los hombres en algo tan básico como que acompañen a sus mujeres al parto y durante el pre y el post). 

También de nutrición y cuidados básicos del bebé. Algo que me ha sorprendido es que se expliquen cosas que a nosotros, occidentales, nos pueden parecer básicas. En una formación improvisada Juma enseña a un grupo de mujeres cómo lavar a sus bebés. Una mujer le pregunta cómo hacerlo pues cuando lo hace, el bebé traga agua, le pregunta si eso es bueno. Él le enseña que no es bueno pues el agua con jabón le puede causar diarrea. En el mismo encuentro les explica que no les den comida a sus bebés antes de los 6 meses, que han de mamar solo pues sus estómagos todavía no pueden digerir. Hemos tenido la oportunidad de asistir a las entrevistas que los health workers (trabajadores de la salud) hacen a mujeres embarazadas en sus hogares y contagiarnos de la presencia, calidez y dulzura con la que hablan. En estas chozas de barro inunda la paz y reina una calma vibrante. Las miradas de los niños están llenas de vida y espontaneidad. Cuando les devuelvo el saludo, parece como si alguien por dentro les hiciera unas cosquillas irresistibles. Con sus compadres comentan la jugada y se tronchan de risa. 

¿Qué es lo que más te ha gustado?  

Durante el viaje nos hemos adentrado en remotas zonas rurales donde es imprescindible actuar junto con los líderes locales para llevar a cabo cualquier tipo de iniciativa. Aquí la cadena de mando es muy clara y se deben cumplir y respetar los protocolos antes de cualquier visita, de lo contrario, existe la posibilidad de que lo bloqueen todo. Durante nuestro viaje repetimos el mismo ritual muchas veces con el correspondiente líder local. En estas reuniones informamos del propósito de nuestra visita, nos presentamos uno por uno y firmamos con nuestros datos en el libro de visitas, al final uno le acaba cogiendo el gustillo. 

Más escenas desde el vehículo: niños alrededor de un árbol de mango (aquí abundan) comiendo su fruto, un hombre de edad avanzada camina con muletas por el lateral de la carretera, aún tardará kilómetros en llegar al pueblo más cercano. Ahora nos vamos a Chakulu, donde la CRT está construyendo un centro de maternidad. Actualmente, tal y como podemos comprobar, solo existe una habitación con dos camillas. Es frecuente que las mujeres que acaban de dar a luz han de abandonar la sala poco después pues otra mujer necesita la camilla. 

¿Qué has aprendido de Cruz Roja sobre el terreno?  

Cruz Roja Española entró en 2004 por decisión de la Federación Internacional de Cruz Roja y Media Luna para asumir la coordinación de los servicios de salud, agua potable y sistema de saneamiento para los 6 campos de refugiados burundeses y congoleños en Kigoma. En 2014 tras un intenso proceso de repatriación, los campos se cerraron progresivamente y CRE se quedó apoyando proyectos de salud materno infantil. Este año, 2022, es el aniversario de los 60 años de la Cruz Roja Tanzana. 

Para acabar con los proyectos. El Banco de Sangre. Cruz Roja Española inició este proyecto en el hospital de Kigoma Town, capital de Kigoma, pero se quedó sin financiación y en nuestro viaje pudimos ver como el edificio en construcción se había quedado a medias. Actualmente no tienen ni el laboratorio ni el personal formado para analizar muestras de sangre y deben enviarlas al laboratorio más cercano, en Tabora, a 600km de Kigoma. Una distancia parecida a la que hay entre Madrid y Barcelona. Tardan dos semanas en saber los resultados y hay que tener en cuenta que la sangre solo se conserva por cuarenta días, con lo que actualmente les queda, con suerte, una vida útil de veinticinco días. Hay que tener en cuenta que en Tanzania el 15% de la población tiene SIDA, con lo que hay ese porcentaje de posibilidades de que la sangre donada contenga el virus. Es importante poder analizar a corto plazo las muestras. Nathaniel, responsable del Banco de Sangre por parte del gobierno y que nos había acompañado todo el viaje nos cuenta esto con gran pasión y esperanza de que su mensaje, que ahora, querida o querido lectora o lector, tienes entre tus manos, sea la semilla que germine en la consecución del proyecto. Lo dan todo y después de esto personalmente no puedo sino sentirme responsable y comprometido con esta gente. Este proyecto es crucial pues según tuvo ocasión de explicarnos el alcalde de Kasulu, distrito de 300.000 habitantes, el mayor número de muertes que se registra es por desangramientos en el parto y esto se puede solucionar con un inventario de transfusiones y la capacidad de analizarlas. De todo el aprendizaje destaco dos cosas que me van a ayudar a hacer mejor mi trabajo. Primero, saber que estos proyectos funcionan con la cofinanciación de entidades públicas y que Cruz Roja ha de demostrar solvencia con sus propios fondos.


 ¿Qué sentiste al ver todos los proyectos en los que se trabaja en Tanzania son gracias a vuestro esfuerzo consiguiendo socios? 

Entender esto es una motivación extra, saber que podemos ayudar a Cruz Roja captando más capital porque gracias a esto conseguimos que las instituciones públicas pongan su parte de la donación. Proyectos como este cuestan entre 45.000 y 50.000€. Me ha impactado poder ver en zonas tan remotas logotipos del gobierno de las Islas Baleares, el Gobierno de Navarra o Castilla la Mancha. 

En segundo lugar, me ha impresionado la calidad con la que se llevan a cabo los proyectos. Estas cosas me hacen reflexionar pues es algo con lo que con frecuencia me cuestionan captando. Si las ONGs occidentales benefician realmente a los países del llamado tercer mundo o si los perjudican. Se cuestiona si no valdría más la pena dejarlos para que solucionen sus propios problemas sin nuestra intervención, y así no crear dependencias, por aquello de “enseñar pescar y no hacerles el trabajo de pescar su comida” y sin embargo aquí la realidad es otra.

¿Cómo crees que esta experiencia influirá en tu trabajo después de este viaje? 

Ha arraigado en mí la certeza, tras ver con mis propios ojos, como la Cruz Roja Tanzana funciona con tanzanos que ayudan a su gente, que conocen su propia realidad y actúan con eficacia. Anna es la única española y actúa de puente entre la Cruz Roja Española y la Tanzana. Optimizan cada céntimo que les llega y todos formamos parte del mismo equipo. Siento un profundo agradecimiento a Wesser por haberme permitido tener esta experiencia que me ha enriquecido vital y profesionalmente. Me siento afortunado de formar parte de una organización donde esto se ha hecho realidad y también siento muchas ganas de responder en mi trabajo con revitalizadas energías. 

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