El viaje de la chispa a Stuttgart

Wesser lleva 20 años y desde sus inicios ha ido de la mano de Cruz Roja Española (CRE). Nuestro trabajo, como las relaciones de pareja, necesitan dedicación, compromiso e ilusión. Es por ello que, tras unos años difíciles, pudimos volver a disfrutar de uno de los viajes más especiales del año, nuestra visita a Stuttgart junto a miembros de las sedes locales de CRE. Un viaje necesario para poner en común nuestras inquietudes y encontrar de nuevo la chispa para conseguir ilusionar a nuestros equipos e involucrar a los futuros socios para ayuden a desarrollar los proyectos de CRE que a tanta gente ayudan.

Tras un buen madrugón, todos los miembros del equipo llegaban para comenzar sus jornadas en Stuttgart. Los ganadores del viaje de incentivo comenzaban su aventura en tierras germanas mientras coordinadores y el equipo de Cruz Roja se preparaban para unas interesantes y fructíferas reuniones en las que el trabajo en equipo fue vital para la búsqueda de la chispa. Tras revisar qué había pasado durante y post pandemia, se pusieron en común los nuevos retos a los que nos enfrentamos y que sentarían las bases de los talleres que durante los dos días allí íbamos a trabajar.

En estos talleres tratamos temas importantes como las necesidades de CRE, de los captadores y la motivación para un próspero final de año. Pero sobre todo, una vez más, se echó la vista atrás para comprobar lo que habíamos conseguido y recordarnos de que podemos conseguir todo lo que nos propongamos. Al final de las jornadas cada equipo consiguió encontrar la chispa que nos permitirá seguir cosechando éxitos en los próximos meses.

Aprovechando la visita a la ciudad pudimos disfrutar de un paseo por algunos de sus monumentos, jardines, su vida en las calles y su magnífica gastronomía. Terminamos la jornada en los tradicionales festejos anuales de la ciudad: Cannstatter Volksfest. El último día, con los recuerdos y anécdotas de las dos jornadas en Stuttgart algunos compañeros pudieron disfrutar de las visitas a los emblemáticos museos de la automoción de la ciudad (mientras otros descansaban en el hotel) que culminaron en una comida en las oficinas de Wesser. Aquí, nuestro compañero Gorka de Donosti nos deleitó por sorpresa con un cántico tradicional en euskera; una forma original y preciosa de terminar un viaje que no olvidaremos.

Al terminar comenzaron las salidas hacia los diferentes aeropuertos para volver a casa con las pilas cargadas, ilusión renovada y la maleta llena de nuevos recuerdos.

¡Por otros 20 años más juntos!

¿Quieres recordar cómo fue el 20 aniversario?

¿Te gustaría conocer la experiencia de Pablo en el viaje solidario?

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